miércoles, 14 de octubre de 2009

Hoy se decide todo

El Sábado la bicolor nos hizo tocar el cielo con las manos…para luego caer al infierno. No es que estemos eliminados, ni mucho menos, estamos vivos, pero cuando ya estábamos en Sudáfrica y teníamos la sensación de que nada nos alejaría ya de nuestro sueño, el mundo se nos vino abajo.


El GOLAZO de “Rambo” nos puso a soñar. Por lo menos en mi caso, nunca había celebrado un gol con sabor a mundial. Y creo que varias generaciones de catrachos tampoco. Estábamos seguros que con ventaja en el marcador y jugando en casa, era cuestión de tiempo para armar la fiesta más grande de los últimos años.

El país sumido en la crisis política encontraba una razón para volver a unirse. Pero todo se derrumbo con el gol del empate. No quiero crucificar a Noel Valladares (ya de eso se encargaron los periodistas), pero es un hecho que ese error nos bajo la moral, las revoluciones y cuando nos dimos cuenta, estábamos perdiendo 1-3.

Aun así, el equipo tuvo espíritu para ir a buscar el empate. No mostramos fútbol brillante, pero si entrega total. Rueda se la jugo con cuatro delanteros, encontramos un gol que anularon, luego Rambo se volvía a hacer presente, y volvíamos a creer. El Olímpico volvía a palpitar y llegó el penal, con la enorme posibilidad de al menos, no perder el invicto en casa.


Cuando Pavon tomo la pelota, me alegre que fuera el Idolo quien tomara la responsabilidad. Pero después me puse muy nervioso, ese nerviosismo que te invade cuando tu equipo se juega la clasificación. Algunos celebraron pensando que había sido gol, yo los seguí, pero no estaba seguro. Segundos después pude comprobar la mala noticia y mi mundo se derrumbo.


No fue tanto por fallar el penal, fue por quien lo falló. Y no es que por eso voy a dejar de admirarlo ni mucho menos, es que siento como propio el dolor, y todo lo que él pueda sentir y todas los críticas que supe que se le iban a hacer. Menos mal que la actitud adoptada por prensa y aficionados ha sido de respaldo.

Ahora dependemos de que los gringos le ganen a los ticos, cosa que no parece imposible, excepto porque los ticos han tenido en los últimos años esa particularidad, de ganar justo el partido que necesitan ganar, a diferencia de Honduras que pierde cuando más necesita la victoria.


Pero que los ticos no ganen no es suficiente, también necesitamos ganar en el Cuscatlan, donde al menos durante la hexagonal, nadie a podido con El Salvador. No hay razón para pensar que será fácil. El equipo salvadoreño a jugado buenos partidos y si esta eliminado, es mas por la falta de experiencia pues muchos jugadores son bastante jóvenes, pero al cierre de la hexagonal, han acumulado mucha de esa experiencia que les faltaba y querrán demostrar de que son capaces.


Confío en la capacidad de los muchachos, en la sapiencia de Reinaldo Rueda y en el apoyo incondicional que brindará la afición, que se ha ido por montones hacia San Salvador. Pero tampoco me hago muchas ilusiones, después de todo, teniéndolo todo para dar el paso, no lo logramos, así que no hay razones para pensar que podemos revertir esa historia negativa que nos persigue. ¿O si?

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