jueves, 17 de junio de 2010

Reflexiones tras el debut mundialista de Honduras

Habiendo transcurrido ya 24 horas desde el partido ante Chile, ya con la cabeza un poco mas fría, se puede analizar con un poco de tranquilidad lo ocurrido.

De buenas a primeras, al observar el partido, me dio la sensación de que la bicolor hizo lo que pudo, que ese era nuestro nivel, y que simplemente estábamos despertando a la realidad, de lo que es nuestro limitado fútbol.

Y es que lo que vi fue un equipo que no lograba dar mas de tres pases seguidos, que sus intentos de remate se iban desviados, que no pensaba en ofensiva y que en defensa, se limitaba a correr atrás de la jabulani, siendo desbordada una y otra vez con mucha facilidad por los jugadores chilenos. Lo que salvó a Honduras de una goleada fue la imprecisión de los delanteros chilenos ante la portería, y la tremenda actuación de Noel Valladares.

En la estadística del primer tiempo, uno de los datos daba apenas un 37% de pases completos para la bicolor. Y al ver eso, lo que pensé fue que estábamos mostrándole al mundo nuestras carencias, que no era necesario que Chile nos desnudara, porque nosotros mismos estábamos mostrando las limitaciones tanto individuales como colectivas.

Pero luego de analizarlo, me doy cuenta que sobre el final del partido, Bielsa sacó a Vidal, un hombre de ofensiva, por Contreras, un defensa, y luego de eso, fue cuando Honduras tuvo, aunque muy tímidamente, algunos intentos de ofensiva. Luego en la conferencia, Bielsa habló de lo que pesaron las ausencias de David Suazo y “Rambo” de León para Honduras.

Y es entonces cuando pienso, que la Honduras de ayer contra Chile, no es misma que se vi en eliminatorias, ni en la mayoría de partidos del proceso que llevó a cabo Reinaldo Rueda. Hay que aceptar la superárid del rival y la derrota es aceptable hasta cierto punto, pero no de esa forma.

La Honduras de las eliminatorias tenía alma, luchaba con todo cada balón. Cuando tenía que defender lo hacía, y hasta se sufría, pero los jugadores no se veían desbordados con tanta facilidad, como lo hizo Alexis Sánchez todas las veces que quiso. Esa Honduras talvez fallaba en el último toque, pero creaba las opciones, obligaba a los porteros rivales a trabajar.

El equipo de Rueda sabia tener el balón en los pies, de hecho en muchos partidos se le criticó que se pasaba mucho la pelota de pie a pie, improductivamente. A ese equipo lo vi ganar partidos arrasando a los rivales, mostrando hambre por conseguir todos los goles que se pudieran. Y lo vi. perder también, pero por errores puntuales, no por ser avasallado por el rival.

Y no fue solo en eliminatorias, donde se podría decir que solo México y Estados Unidos tienen un alto nivel competitivo. En amistosos, se venció a varios sudamericanos, como Colombia en uno de sus mejores momentos, Paraguay, Ecuador y el mismo Chile. Si bien en esos partidos esas selecciones no llegaron con algunos de sus hombres principales, Honduras tampoco los tenía a todos y supo hacer grandes partidos y más aun, ganarlos.

Por eso la Honduras de ayer no es la que yo conozco, no es esa la que clasificó al Mundial. Es comprensible que muchos jugadores no han llegado en su mejor nivel, que hubo poco tiempo de preparación y que no se contó con la calidad y cantidad de fogueos que se necesitaban. Pero eso no justifica que ayer no viéramos por ningún lado la garra catracha.

Conformismo, tanto de jugadores como del entrenador, miedo escénico, que a estas alturas no se justifica, superioridad del rival, falta de roce internacional, desaciertos en los cambios. Lo cierto es que ya se perdió y para empeorar las cosas, España llegará obligada no solo a ganar, sino que a golear.

Pero bueno, a lo que quiero llegar con todo esto, es que no se le podía exigir ganar a Honduras, pero lo que si es imperdonable es la pobre imagen dejada. Si se hubiera perdido jugando, habría que aceptar la superioridad del rival, pero se tendría la tranquilidad de que se dio todo en la cancha.

Por tanto, lo único que quisiera es volver a ver a esa Honduras que habíamos visto, la que dejaba todo en la cancha, la que sabía a que jugaba, la que no tenía miedo a ningún jugador, la que obligaba a trabajar a la defensa y portero rivales y sobre todo, quisiera volver a ver la Garra Catracha en una copa del mundo, pues han pasado 28 años desde la última vez que asomo por ahí.

Si me dejaran decirle una frase a los jugadores y cuerpo técnico, solo me gustaría decirles que recuerden que por si no se han dado cuenta, es el Mundial lo que estan jugando.

“Adelante Selección, pongan garra y corazón, entusiasmo y decisión, luchen sin cesar, con arrojo y con valor” .

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