jueves, 14 de octubre de 2010
Un día como hoy
Había sido una larga eliminatoria. Después de 17 partidos, se llegaba al último con incertidumbre total. Hacía solo tres días, la fortaleza, el Estadio Olímpico Metropolitano había sido vulnerada por Estados Unidos. Incluso Honduras había empezado ganando y con eso, ya todos nos sentíamos mundialistas. Pero vino la tragedia y por primera vez en toda la eliminatoria dejábamos puntos en casa.
La situación era clara: Con Estados Unidos y México clasificados y El Salvador y Trinidad y Tobago eliminados, solo había un cupo directo que debían disputar Honduras y Costa Rica. El equipo “tico”, con dos puntos de ventaja, visitaba Estados Unidos, mientras Honduras viajaba a El Salvador. No era descabellado pensar en una derrota de Costa Rica, pero un gane de Honduras se vislumbraba complicado. En caso de empate en puntos, la diferencia de goles y del duelo particular favorecería al equipo “catracho”
A los pocos minutos de comenzados ambos encuentros, que se jugaban en forma simultanea, Costa Rica se ponía a ganar con gol de Ruiz y al terminar el primer tiempo, Costa Rica estaba en Sudáfrica, ya con el 2-0 del mismo jugador, mientras que Honduras no solo no anotaba, sino que jugaba mal y producto de la frustración se quedaba sin entrenador en el banco.
En la segunda parte, Honduras sin ser brillante, lograba el gol por medio del histórico Carlos Pavón, que a ese momento se hacía inútil y solo servía para aumentar la frustración. Mientras eso ocurría en San Salvador, en Washington D.C. las cosas seguían igual.
Y mientras todo eso pasaba, un catracho en la sala de su casa en Alajuela, Costa Rica, sufría en solitario, escuchando por Internet la transmisión del juego de Honduras, pues la red estaba saturada como para poder verlo. Mientras tanto, miraba por televisión encuentro de Estados Unidos contra Costa Rica.
La frustración era enorme. Como solía ocurrir aproximadamente cada cuatro años, desde que tenia memoria, estaba maldiciendo a todo y a todos y sintiendo envidia pero de la mala, de Costa Rica, que estaba demostrando una vez mas que a pesar de todas sus dificultades, sabía sacar los resultados en el momento mas oportuno. Por su parte Honduras era todo lo contrario, pues ganaba muchos juegos, pero perdía los partidos claves.
Los “gringos” que habían sido contundentes tres días atrás contra Honduras, creaban opciones, pero las desperdiciaban miserablemente, razón por la cual los odiaba mas que nunca. A poco del final, llegó el descuento, pero parecía tarde para algo más. El tiempo transcurría, Costa Rica hacía su partido y cortaba el juego para enfriarlo. Llegó el minuto 90 y mientras se decretaban 5 de reposición, el partido terminaba en San Salvador, o al menos eso dicen las crónicas pues para mí ya había terminado hacía muchos minutos.
Cuatro de reposición y Costa Rica atacaba. El balón estaba muy lejos del área tica, los narradores ya celebraban la clasificación. La algarabía era grande. Balón recuperado por los norteamericanos, intento de ataque, y tiro de esquina, a falta de solo segundos. En la sala, de aquella casa de Alajuela, un puñado de huesos con carne, de lo que alguna vez había sido un ser humano, se revolcaba en el suelo por la desesperación.
Cuando se iba a cobrar el tiro de esquina, en un intento desesperado, le pidió a Dios que por favor, por una sola vez, la historia cambiara. El tiro se ejecutó y aun lo veo en cámara lenta. Parecía ir muy abierto, muy lejos como para pensar que un cabezazo desde pudiera ir con al fuerza suficiente para perforar la meta.
Pero apareció Jonathan Bornstein se elevo por sobre todos los de rojo, cabeceó con fuerza y el balón se dirigió con potencia, pero lentamente, hacía la red. Cruzó la línea de sentencia y fue una explosión de euforia, adrenalina, alegría, desahogo, y muchas sensaciones más que no pueden ser descritas con palabras. El salto del suelo al techo, fue instantáneo. El llanto se hizo presente, en seis millones de Hondureños, que veíamos como quedaban en el pasado tantos años.
En San Salvador, había llanto. En un principio fue de tristeza, pero luego se transformo en alegría. Los jugadores no lo creían, el entrenador (que estaba expulsado) iba a la cancha a consolar a sus muchachos, y no entendió porque los árbitros lo felicitaban. En cada rincón de Honduras la fiesta se extendió hasta el amanecer. Y en cada rincón del mundo donde había un catracho, la alegría fue incontenible.
La alegría se extendió por muchos días, incluso meses. Lo habíamos logrado, estábamos entre los 32 mejores equipos del mundo y estábamos orgullosos de serlo. Lo que vino después nos despertó del sueño, pero esa sensación que sentimos aquel día, será inolvidable. Ya pasó un año, y pasaran muchos mas, pero siempre tendremos una historia para contarle a nuestros hijos, nietos, bisnietos y una sensación única e irrepetible.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Pitazo Final
jueves, 17 de junio de 2010
Reflexiones tras el debut mundialista de Honduras
De buenas a primeras, al observar el partido, me dio la sensación de que la bicolor hizo lo que pudo, que ese era nuestro nivel, y que simplemente estábamos despertando a la realidad, de lo que es nuestro limitado fútbol.
Y es que lo que vi fue un equipo que no lograba dar mas de tres pases seguidos, que sus intentos de remate se iban desviados, que no pensaba en ofensiva y que en defensa, se limitaba a correr atrás de la jabulani, siendo desbordada una y otra vez con mucha facilidad por los jugadores chilenos. Lo que salvó a Honduras de una goleada fue la imprecisión de los delanteros chilenos ante la portería, y la tremenda actuación de Noel Valladares.
En la estadística del primer tiempo, uno de los datos daba apenas un 37% de pases completos para la bicolor. Y al ver eso, lo que pensé fue que estábamos mostrándole al mundo nuestras carencias, que no era necesario que Chile nos desnudara, porque nosotros mismos estábamos mostrando las limitaciones tanto individuales como colectivas.
Pero luego de analizarlo, me doy cuenta que sobre el final del partido, Bielsa sacó a Vidal, un hombre de ofensiva, por Contreras, un defensa, y luego de eso, fue cuando Honduras tuvo, aunque muy tímidamente, algunos intentos de ofensiva. Luego en la conferencia, Bielsa habló de lo que pesaron las ausencias de David Suazo y “Rambo” de León para Honduras.
Y es entonces cuando pienso, que la Honduras de ayer contra Chile, no es misma que se vi en eliminatorias, ni en la mayoría de partidos del proceso que llevó a cabo Reinaldo Rueda. Hay que aceptar la superárid del rival y la derrota es aceptable hasta cierto punto, pero no de esa forma.
La Honduras de las eliminatorias tenía alma, luchaba con todo cada balón. Cuando tenía que defender lo hacía, y hasta se sufría, pero los jugadores no se veían desbordados con tanta facilidad, como lo hizo Alexis Sánchez todas las veces que quiso. Esa Honduras talvez fallaba en el último toque, pero creaba las opciones, obligaba a los porteros rivales a trabajar.
El equipo de Rueda sabia tener el balón en los pies, de hecho en muchos partidos se le criticó que se pasaba mucho la pelota de pie a pie, improductivamente. A ese equipo lo vi ganar partidos arrasando a los rivales, mostrando hambre por conseguir todos los goles que se pudieran. Y lo vi. perder también, pero por errores puntuales, no por ser avasallado por el rival.
Y no fue solo en eliminatorias, donde se podría decir que solo México y Estados Unidos tienen un alto nivel competitivo. En amistosos, se venció a varios sudamericanos, como Colombia en uno de sus mejores momentos, Paraguay, Ecuador y el mismo Chile. Si bien en esos partidos esas selecciones no llegaron con algunos de sus hombres principales, Honduras tampoco los tenía a todos y supo hacer grandes partidos y más aun, ganarlos.
Por eso la Honduras de ayer no es la que yo conozco, no es esa la que clasificó al Mundial. Es comprensible que muchos jugadores no han llegado en su mejor nivel, que hubo poco tiempo de preparación y que no se contó con la calidad y cantidad de fogueos que se necesitaban. Pero eso no justifica que ayer no viéramos por ningún lado la garra catracha.
Conformismo, tanto de jugadores como del entrenador, miedo escénico, que a estas alturas no se justifica, superioridad del rival, falta de roce internacional, desaciertos en los cambios. Lo cierto es que ya se perdió y para empeorar las cosas, España llegará obligada no solo a ganar, sino que a golear.
Pero bueno, a lo que quiero llegar con todo esto, es que no se le podía exigir ganar a Honduras, pero lo que si es imperdonable es la pobre imagen dejada. Si se hubiera perdido jugando, habría que aceptar la superioridad del rival, pero se tendría la tranquilidad de que se dio todo en la cancha.
“Adelante Selección, pongan garra y corazón, entusiasmo y decisión, luchen sin cesar, con arrojo y con valor” .
jueves, 10 de junio de 2010
Y llegó el Mundial
lunes, 9 de noviembre de 2009
Las bondades de Reinaldo Rueda
El punto es que por primera vez en muchos años, los directivos tomaron una decisión sensata. Arriesgada eso sí, pero hoy queda claro que fue una buena decisión. Asumió, junto al asistente Alexis Mendoza, el preparador físico Carlos Velasco y el preparador de porteros Pedro Zape, luego de una vergonzosa participación en la Copa UNCAF 2007, haciendo su debut oficial en el triunfo 2-1 sobre El Salvador, en Fort Lauderdale, Florida.
Su primer gran reto fue la Copa de Oro 2007, donde lo más sobresaliente fue el triunfo sobre México 2-1. Sin embargo, se salió por la puerta de atrás, después de la derrota en cuartos ante Guadalupe.
Para entonces, ya Rueda había tenido esa mala experiencia y la derrota en su primer juego en casa, un amistoso en La Ceiba contra Haití, y empezaba a recibir algunas críticas. Sin embargo, viéndolo hoy, se puede decir que de esos dos tragos amargos, se empezó a construir el éxito mundialista. Descubrió algo que no era novedad, que el problema de los jugadores catrachos era la mentalidad, por eso fallaban en los momentos claves.
Y más importante aun, descubrió el porque se fallaba tanto en casa. Tras ese partido contra Haití, comenzó a pedir a la afición apoyar, pero sin desesperarse, y de igual forma a los jugadores, no dejarse llevar por la emoción del apoyo del público, y concentrarse en el la parte táctica juego. Ese juego, uno con Panamá en la copa UNCAF 2009 y la derrota ante Estados Unidos, son las únicas que contabiliza en casa.
No fue un lecho de rosas el camino hacia el Mundial. Muchos, entre los que me incluyo, criticamos sus convocatorias, cuando a veces parecía que llamaba jugadores que no
Pero bueno, siempre he pensado que al final, si el técnico logra los objetivos, es él quien tenía la razón, y no los críticos. Hoy puedo decir que la mayoría de jugadores que se mostraban seleccionables, recibieron su oportunidad. Los que supieron aprovechar, probablemente irá a Sudáfrica, los que no, no pueden quejarse y decir que no los tomaron en cuenta.
Según el mismo relata, los momentos de mayor tensión, fueron previo a cerrar la fase de grupos, cuando no estaba asegurado el pase a la hexagonal y había que recibir a México. Y por supuesto, tras la derrota con Estados Unidos, en el penúltimo juego y tener que depender de otro resultado en la visita a El Salvador.
Vimos durante el proceso a un Reinaldo Rueda con enormes ojeras producto de las noches de desvelo por la tensión que generaba su trabajo, vimos su cara de reflejando el agotamiento de estudiar, analizar, pensar, planear. Se ve que ha envejecido en estos tres años. Pero hoy en día, tiene un semblante totalmente diferente, producto de la satisfacción del deber cumplido.
También, tuvo sus enfrentamientos con la prensa. Después del gane 1-0 en casa ante El Salvador, se le atacó porque no se había jugado bien, mientras él defendía que se había sacado el resultado. Y previo a la Copa de Oro, se le criticaba por no llevar a los estelares, mientras él defendía la necesidad de darle descanso a sus principales fichas, y roce a los jóvenes valores.
Supo demostrar su autoridad también, en el conflicto con “Rambo” de León a quien sacó de la convocatoria por unas declaraciones polémicas en las cuales aseguraba estar lesionado, y a lo interno del grupo, se sabe que también aplico disciplina, aunque por respeto, nunca se ventiló de que forma ni a quienes.
Finalmente, confesó que tras acaba ganando 1-0 ante El Salvador, ya pensaba en el repechaje, pues lo que sabía era que Costa Rica iba ganando. Se dirigió al camerino y le pidió un milagro a la virgen. Cuando procedía a volver al campo y pidió disculpas al árbitro (pues había salido expulsado), estos lo felicitaron y no entendía porque. Al llegar al campo, supo la buena noticia y terminó siendo llevado en hombros.
Se dice que se le otorgará por decreto la nacionalidad hondureña. Es lo que él quiere pues como persona noble que es, siente agradecimiento por el país que le dio la oportunidad. Pero la historia no quedará aquí. Aunque ya es héroe nacional, no dudo que hará uso de todo su empreño, conocimiento, experiencia y pasión, para escribir una página gloriosa en Sudáfrica.
¡Gracias “profe” Rueda, por ser tan bondadoso con Honduras!
jueves, 5 de noviembre de 2009
Adios al Estadio Corona
Borgueti, Johan Rodríguez, el “tato” Noriega, eran algunos de los jugadores que daban grandes presentaciones en el Estadio Corona. De alguna manera, y sin querer, me encariñe del equipo de “La comarca lagunera” y aunque al principio era ocasional, acabe siendo fiel a los partidos del Santos.
Con el tiempo, y cuando el canal cambio de dueños y de programación, ya no volví a ver partidos del Santos, al menos no con la regularidad que hubiera querido, pero me di cuenta que ya había un sentimiento por ese equipo, el cual permanece hasta hoy.
Hace poco me di cuenta que se estaba construyendo una nueva casa para los “guerreros”, un estadio moderno, con todas las comodidades, y demás exigencias de un estadio moderno. El Territorio Santos Modelo (TSM) es un complejo deportivo, dentro del cual estará el Nuevo Estadio Corona.
Sin embargo, no solo es un traslado. El viejo Estadio Corona fue despedido fue despedido el domingo en la noche y ya el lunes comenzó a ser demolido demolido. Aunque nunca estuve ni cerca de ahí, siento nostalgia por la desaparición del no tan viejo inmueble (fue inaugurado en 1970), en el que aprendí a querer al Santos.
¡Hasta siempre Estadio Corona!, siempre vivirás en el corazón de la afición lagunera, aun de la que nunca te visitó.
jueves, 15 de octubre de 2009
Viaje de ida y vuelta de la gloria al infierno
Si estoy soñando, no me despierten
¡Honduras al Mundial! Muchos habían esperado 28 años para volver a vivir una alegría como esta. En mi caso, tenía toda la vida de estar esperando, pues para España 82 no había nacido.
¡Que emoción tan indescriptible! Debo decir que nunca había experimentado algo así. Cuando todo parecía perdido, cuando ya vislumbrábamos la visita de Forlan y compañía al Olímpico, llego ese gol de los gringos a falta de cinco segundos. Si, fueron cinco segundos los que separaron a los ticos de Sudáfrica, al menos por el momento.
Como millones de catrachos, sencillamente no puede contener el llanto. Un llanto que sale de lo más profundo del corazón, pero que se disfruta enormemente. Contrastante con las lágrimas ticas, que eran de dolor, que quizá no merecían, pero el fútbol es así.
Nos metimos de panzazo (pero no como el de Maradona) al mundial. Como dije ayer, habíamos tocado el cielo con las manos ante los gringos, para luego caer hasta lo más bajo, sobretodo, cuando Costa Rica ganaba 2-0. Y cuando nos revolcábamos de la desesperación y frustración, llegó el milagroso gol de Bornstein. ¡Thank you so much!
Pero que decir de Honduras. Pavon, ¡ídolo! No es grande el que nunca cae, sino el que cae y vuelve a levantarse. Y vaya como te levantaste, como la autentica ¡sombra voladora! Si ibas a quedar como el villano, ahora vas a ser el héroe y en los registros de la historia no solo vas a seguir siendo nuestro goleador histórico, sino que cuando se hable de Sudáfrica 2010, se hablará de Carlos Alberto Pavon Plummer.
¿Qué decir de los demás jugadores? La verdad no puedo decir mucho, porque no vi el partido, solo escuche la narración, pero entiendo que no fue un partido fácil y lo sacamos a puro coraje. Y tiene mucho mérito levantarse luego de una derrota tan dolorosa, mis respetos para cuerpo técnico y jugadores.
Y la afición, sencillamente espectacular. Si por afición fuera, no solo deberíamos asistir a todos los mundiales, sino que llegaríamos a todas las finales. Que apoyo incondicional. Pese a todo, una multitud despidió a los muchachos cuando partían hacia El Salvador, y eriza la piel, ver casi la mitad del Cuscatlan lleno de hondureños.
Sudáfrica, allá vamos, prepárate para la invasión catracha.
Si esto es un sueño, no me despierten nunca por favor, o por lo menos esperen que pueda ver a mi selección en el mundial. ¡VIVA HONDURAS!